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PARTIDO Nº 661 CROACIA 2-1 ESPAÑA (21-6-2016)

PARTIDO Nº 661 CROACIA 2-1 ESPAÑA (21-6-2016)

 

Croacia

CROACIA

Partido 661

Corea S.
ESPAÑA
Croacia 2-1 España

 

1-1, m.45: Kalinic

2-1, m.87: Perisic

 

Eurcopa 2016

21 Junio 2016

Burdeos

Estadio: Stade de Bordeaux

 

0-1, m.7: Morata

Ficha técnica

-Croacia: Subasic; Darijo Srna, Corluka, Jedvaj, Vrsaljko; Marko Rog (Kovacic, m.82), Badelj; Perisic (Kramaric, m.93), Rakitic, Pjaca (Cop, m.90); y Nikola Kalinic.
 

-España: De Gea; Juanfran, Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba; Busquets, Cesc (Thiago, m.84), Iniesta; Silva, Nolito (Bruno, m.60) y Morata (Aduriz, m.66).
 

-Goles: 0-1, m.7: Morata. 1-1, m.45: Kalinic. 2-1, m.87: Perisic.

 
-Árbitro: Björn Kuipers (Holanda). Amonestó a Rog (29) y Perisic (88) por Croacia.
-Incidencias: encuentro correspondiente a la tercera jornada del Grupo D disputado el estadio Matmut Atlantique de Burdeos ante unos 38.000 espectadores.

Croacia 2-1 España

37 % Posesión  63 %
1 remates poste 0
4 remates a puerta 3
2 remates paradas 2
6 remates fuera 7
2 remates otros 6
4 tarjetas amarillas 0
0 tarjetas rojas 0
11 faltas recibidas 9
9 faltas cometidas 11
55 balones perdidos 66

42 balones recuperados 41
1 fueras de juego 1
0 penalties 1
9 intervenciones portero 7

 

España pierde (2-1) el partido y el liderato del grupo

Una magnífica Croacia remonta el tanto tempranero de Morata y se impone con dianas de Kalinic y Perisic. Sergio Ramos tuvo en sus pies la posibilidad de asegurar el triunfo, pero a los 69’ falló un penalti

Tal día como hoy, el primero del verano de 1964, al empezar a caer la noche, después de una mañana calurosa, pero amenazante de las lluvias del estío, que, finalmente, se confirmaron, festividad de San Luis Gonzaga, domingo, una selección española enfilaba el camino hacia el triunfo (2-1) sobre la URSS hoy extinta en la final de la II Eurocopa de Naciones, tras inaugurar el marcador el gran Jesús Pereda a los 6’, igualar el soviet Jusainov dos más tarde y decidir el choque un remate de cabeza en semiplancha del inolvidable Marcelino Iglesias a los 84’, testarazo que dejó como a una estatua de sal al legendario Lev Yashine.

Aquella tarde del 21 de junio de 1964, siempre imborrable para quienes tuvimos la fortuna de presenciar el duelo, España honró a un grupo formidable con una vanguardia insuperable (Tejada, Kubala, Di Stéfano, Suárez y Gento) al que una decisión política dejó sin poder medirse a la URSS en la fase final de la primera Eurocopa (1960), también en Francia. Tal día como hoy, hace 52 años, quién podría pensar que los hemos consumido, un magnífico equipo nacional alcanzó, al fin, la gloria que se le había hurtado en el Mundial del 34, que vivía del cuarto puesto del Mundial del 50 y que, aún entre los mejores, era incapaz de coronarse. En la efeméride, la selección, ya clasificada para octavos de final, ha caído ante Croacia, embrollándose su futuro con unos cruces temibles.

Tardamos 44 años en volver a pisar la cima (2008), encadenando desde entonces una racha impresionante (2010, 2012) que saborean algunos de aquellos héroes de entonces todavía entre nosotros, Iribar, Sadurní, Rivilla, Olivella, Calleja, Pirri, Amancio, Marcelino, Suárez…, perdidos otros a los que se ha llevado el tiempo. Tardamos 44 años, pero esta noche ante los siempre aguerridos croatas de Ante Cacic, con la misma alineación por tercer partido consecutivo, con lo que eso significa, que no es poco, recobrando paso a paso aquellas maneras de hace no tanto y que tanta felicidad han causado, España tardó apenas un suspiro en encauzar el partido. A los seis minutos, en el mismo minuto en el que el gran Pereda le hizo el primer gol a la “Araña Negra” aquel 21 de junio de 1964, David Silva vio con su vista de águila como el recobrado Cesc buscaba el espacio hueco entre la defensa croata. Ganado el sitio y recibido el cuero, Fábregas remató, salvó al guardameta Subasic el disparo y Álvaro Morata lo remachó a tres palmos de la línea de gol. Parecía el inicio de un partido tranquilo, ¡qué va!

España empezó literalmente con ventaja un encuentro en el que la simple igualada servía para alcanzar la ansiada cabeza del grupo. Son ventajas importantes. Pero hay otras no menos decisivas. Una de ellas es la del valor del grupo, lo que se trata regularmente con indiferencia. Como si no sirviera para nada o fuese poco más que una anécdota. Un error de Ramos en un despeje corto lo puso en evidencia porque fue De Gea quien tuvo que remediarlo. Y ahí se vio al grupo. Media docena de sus compañeros corrieron a consolar al defensa. Unos minutos después, rehecha Croacia, Rakitic aprovechó un despiste de David de Gea para lanzar un balón bombeado y sin portero entre palos, que golpeó en el travesaño y en el poste derecho del portal español, y que el ojo de halcón demostró que no había sido gol.

Afirmada en el crecimiento de Cesc y en la recuperación física de Silva, España resistió el acoso croata siempre sobre las bases del que es su principio indeclinable, tocar para buscar, volver a tocar hasta encontrar. No fue fácil siempre porque Croacia se reveló como el adversario que todos temíamos, con gente de mucha calidad, oficio y ganas aun sin Modric. España cedió en el último cuarto del primer tiempo quizás por eso, quizás por puro instinto conservador, que esas cosas, al final, no sabe uno casi nunca por qué se producen y el duelo se igualó, al perder los de Vicente del Bosque la iniciativa. El costo de ello fue el empate, después de que Morata no aprovechase por los pelos a los 43’ otra soberbia asistencia de Cesc, lo que, probablemente, habría resuelto el duelo. No fue así. En la siguiente jugada, Kalinic no perdonó, sellando un magnífico ataque por la izquierda, con un excelente remate, anticipándose a Ramos y a De Gea.

El empate afirmó la conocida, y sufrida, incomodidad que padece España ante Croacia, un muy buen equipo, por cierto.  Con juego, con ganas, con experiencia  y con físico, sin ceder un metro ni dar por perdido un balón, hecho corazón. Todo lo explotaron los croatas para alegría de sus aficionados. Los apretones obligaron a España a tomar una medida contemporizadora. Del Bosque sustituyó a Nolito por Bruno Soriano, una manera de reforzar el centro perdido. La presencia del pivote contribuyó a ello, disminuyendo la presión croata en el medio campo. A los 66’, Ramos tuvo en la cabeza un balón para adelantarse, de nuevo, en el marcador, pero se le fue el testarazo. Del Bosque cambió casi de inmediato a Morata, que se había pegado con todo lo que puede pegarse un ariete y al que el árbitro parecía tener marcado, y metió en la batalla a Aduriz.

"Para ganar la Eurocopa siempre hay que derrotar a los mejores"

A los 69’, Iniesta, hasta entonces remiso en su habitual repertorio de pases mágicos, se inventó uno que fue hacia Silva, al que rozó un defensa. El muy protestado penalti por los croatas no lo aprovechó Sergio Ramos, al que intuyó Subasic lo que iba a hacer: lanzarlo justo por el centro del marco. El error volvió a meter el choque en una dinámica que no le iba a España, a la que van otro tipo de maneras. Para asegurar la igualada, España buscó en Thiago, sustituto de Cesc, a alguien capaz de retener el balón, que ya era de lo que se trataba. Lo consiguió, pero a costa de arriesgarse a un contragolpe mortal. Así ocurrió: a los 87’, una rapidísima internada croata puso el balón a pies del velocísimo Perisic, que zanjó la ocasión con un remate durísimo, que rozó la bota de Piqué y evitó a De Gea.

Era el fin de un anhelo, el de acabar líderes de grupo con las ventajas que eso supondrá. Pero así es esto y, por otro lado, nada hay que decir. Para ganar la Eurocopa siempre hay que derrotar a los mejores. Más pronto o más tarde. Confiemos en ello.  

 

España se lleva un sonoro azote ante Croacia

La Roja, errática, sucumbe ante una buena Croacia y se jugará los octavos con Italia por el lado crudo del cuadro

En un día clave, España se llevó un azote sonoro cuando menos lo esperaba. Llegó a Burdeos con merecidos elogios, le valían dos de los tres resultados para ser primera de grupo, se plantó con su equipo “titularísimo”, dio con un gol antes de los diez minutos y hasta tuvo un penalti que no lo era con el partido empatado. Ni así, lo falló Sergio Ramos, que se eligió para tirarlo cuando se lo pedía Cesc. Poco después, en el tramo final, Perisic, estupendo jugador, dio la puntilla a los españoles. Todos se quedaron como estalactitas. El pasado, tan reciente como prometedor, se fue al garete. De repente, Croacia, un muy buen equipo, dejó fulminada a España, abatida, sin explicarse semejante contratiempo. Y el asunto no es menor. Lejos de despejarse el camino como líder del grupo, lo que le espera en esta Eurocopa, sea el recorrido que sea, es crudo, muy crudo. De momento, el lunes le espera Italia en París. Por ese lado del cuadro circulan también Francia, Alemania e Inglaterra. Las sensaciones, como van y vienen, ya no serán las mismas y la confianza, tampoco. Ahora, el enredo es mayúsculo, mientras a los croatas les espera un tercer clasificado.

No fue la España vista por Francia. Ni migas. Del Bosque, cosa extraña, repitió equipo por tercera jornada. Lo que va bien no se toca, y menos cuando había tanto en juego. No surtió el efecto deseado, porque al equipo le dio por ser más administrativo que agudo, y ya no tuvo reacción cuando se vio apretado, con los croatas reacios a consolarse con un empate que les hubiera clasificado como segundos.

De entrada, la Roja reguló más de la cuenta, inquietante ante esta Croacia, incluso sin Mandzukic y, por supuesto, el sobresaliente Modric, lo que engrandece aún más su victoria. Un conjunto bien estructurado, con jugadores muy cuajados como Rakitic y el eterno Srna, y ese gran Perisic, rápido, hábil y con mucho picante. Una Croacia nada achantada frente a esa España tan convincente en sus dos partidos precedentes. Muy medida en todo, la Roja quiso tramitar el duelo con el menor desgaste, siempre con un ojo en el depósito. Cuando se vio angustiada ya no tuvo respuestas. De hecho, solo pareció iluminarse cuando Morata selló un gol sinfónico tras una jugada extraordinaria. Croacia elevó la presión con Rakitic cerca del delantero Kalinic para cortar los cables a España desde la cueva. Con dos toques sutiles, Ramos y Busquets se saltaron la primera barricada, Cesc dio carrete a la acción y, tras un rechace de la zaga croata, la pelota se amigó con Silva, que es de los que la miman. El canario echó un vistazo a la plaza y donde solo había un bosque de piernas rivales filtró el balón como solo él podría explicarlo. Cesc, astuto en el desmarque, hizo llegar el gol a Morata, al que le bastó acariciar el balón bajo el larguero. Con gente como Silva por el medio, los goles no suelen ser ordinarios.

En ventaja, con Silva y Cesc al mando, España aparentó ser la España esperada, con movimientos constantes en la media punta, donde Cesc resultaba un quebradero para los croatas, y Silva andaba con el pie suelto y la zurda afinada. Fue un espejismo, la selección de Del Bosque se aflojó hasta el punto de conceder dos oportunidades con pifias impropias, una de Ramos y otra de De Gea. A ambos se les anudaron los botines al que querer dar salida al juego. Ante el error del andaluz, en una noche para su olvido lo antes posible, el meta respondió con eficacia al tiro de Rog. En el segundo patinazo, el del arquero, Rakitic sufrió un embrujo. Su picadita, con De Gea batido, fue de billar: balón al larguero y, de rebote, al poste derecho de los españoles. Para no creer. Dos tropezones que revelaron pronto la relajación española.

El balón no obedecía como otras veces, había menos tacto. Iniesta pasaba de puntillas por el partido, sin más. Alba se contenía por la banda y Nolito se ofuscaba una y otra vez, derrotado en la mayoría de los asaltos con Srna. Nadie era lo que había sido unos días atrás y Croacia encontró el justo premio a un paso del descanso. Una magnífica irrupción de Perisic por la izquierda fue rematada con frac por Kalinic, que se marcó una espuela de museo. Para rectificar, tras el intermedio, Del Bosque buscó el control con Bruno como socio de Busquets, en detrimento de un lioso Nolito. Tampoco así se encontró España, todo se le hacía muy espeso y Croacia asustó en más de una ocasión a un dubitativo De Gea, otro que bajó la nota. Piqué era el único sostén defensivo, no solo de la zaga, sino de todos. Poco a poco, la Roja percibió que allí había fragor, un adversario decidido a no consentir ni una.

Equilibrada la contienda, al árbitro le dio por decretar penalti en un soplido de Vrsaljko a Silva. Ramos se estrelló con Subasic, varios metros adelantado, pero el colegiado también hizo lo que le dio la gana con ese lance. No era el día, y mucho menos del capitán español, que tampoco acertó en dos cabezazos de los que no se le suelen escapar. El equipo, lejos de abrochar al menos el empate, se vertebró mal y Perisic le fundió en una contra final, con el equipo tan desubicado como De Gea, que dejó su palo abierto. Ya no hubo remedio ni en el último segundo, cuando Vrsaljko sacó bajo palos un remate de Silva. Nada está perdido, pero a España se le vino el mundo encima. Ella sola se disparó en el pie. Le esperan chuzos, en el campo y fuera. El fútbol es una noria.

  

Enfrentamientos anteriores

UEFA EURO 2012

Fecha

Fase

Partido

Resultado

Lugar

Goleador

18/06/12

FG. FF

Croacia - España

0-1

Gdansk

Jesús Navas 88

 

 

Eliminatorias

 

Fase final

 

Total

 

Casa

Fuera

 

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J

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E

P

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GF

GC

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FIFA

Croacia

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Amistosos

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