Portugal y Brasil cerraron su participación en el Grupo G de la Copa Mundial de la FIFA con un empate 0-0, por lo que ambos equipos avanzaron a los octavos de final del certamen. El encuentro, disputado el viernes 25 de junio en Durban, enfrentó a un conjunto luso tranquilo por su buena diferencia de gol y un equipo sudamericano que reservó a varios de sus titulares.

El primer tiempo se jugó con total intensidad, tal como queda demostrado en las siete tarjetas amarillas que volaron por el aire. El conjunto de Carlos Queiroz apostó a la creatividad de Cristiano Ronaldo, quien se mostró activo pero poco resolutivo en esa mitad. Por el contrario, los pentacampeones intentaron progresar por la banda derecha gracias a las combinaciones entre Maicon y Daniel Alves.

Fue justamente el jugador del FC Barcelona el primero en buscar la portería contraria, pero su remate potente se perdió desviado. Menos suerte tuvo Nilmar, quien compartió delantera con Luis Fabiano: el atacante ingresó en soledad para conectar un centro por la izquierda, aunque su toque con destino de gol se estrelló en las manos de Eduardo y luego con el poste.

Corría media hora de juego y la tarde tomaba temperatura con el duelo personal entre Felipe Melo y Pepe, que volvía a jugar como titular tras una lesión que lo mantuvo seis meses alejado de las canchas. Sin embargo, Dunga, inteligente, sacó al volante central luego de que fuera amonestado en la primera mitad.

Maicon con un buen derechazo y Nilmar, que volvió a carecer de puntería, estuvieron cerca de anotar antes del descanso. No obstante, la más clara fue para Luis Fabiano quien, de cabeza, desperdició una situación inmejorable.

Sin emociones
La segunda mitad inició con un Ronaldo más activo y en búsqueda de sus propios espacios para aproximarse a Julio Cesar. De hecho, fue el protagonista absoluto de la única jugada seria de los lusos en el complemento: el jugador del Real Madrid tomó el balón en mitad de cancha y apiló rivales hasta ingresar al área. Allí perdió con Lucio, pero la pelota fue a parar a los pies de Raúl Meireles, quien de forma increíble falló su remate ante un arquero ya entregado.

A partir de allí, los brasileños monopolizaron el balón hasta los últimos minutos, aunque sin generar peligro en las narices de Eduardo. El arquero sólo tuvo que responder una vez, cuando el ingresado Ramires le exigió una volada notable para impedir la derrota in extremis.

No hubo tiempo para más. En octavos, Brasil enfrentará al segundo del Grupo H, mientras que Portugal hará lo propio con quien termine primero en esa zona.