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24.3.2010 - LIGA 1ªDiv. 2009/10 - JORNADA Nº 28

 


24.3.2010 - LIGA 1ªDiv. 2009/10 - JORNADA Nº 28


Partido Nº 1862 del R.ZARAGOZA  en 1ª Div.


 























































Almería1





0Real Zaragoza



































  1Diego Alves
  2Pellerano
  6Cisma
  16Míchel
  18Acasiete
  15Corona
  22Vargas
  23Soriano
  25Bernardello
  5Uche
  11Piatti



































  1Roberto
  5Pablo Amo
  22Pulido
  7Jorge López
  8Ander
  14Gabi
  16Abel Aguilar
  21Jarosik
  23Ponzio
  10Adrián Colunga
  25Suazo




CAMBIOS











62' Bernardello por Crusat
74' Míchel por Juanma Ortiz
89' Piatti por Goitom











63' Ander por Eliseu
69' Suazo por Arizmendi
74' Abel Aguilar por Edmilson




ENTRENADORES




Juan M. Lillo




José Aurelio Gay




GOLES





 60' Gol Uche






TARJETAS











16' Piatti Tarj. A
36' Soriano Tarj. A
70' Bernardello Tarj. A














36' Abel Aguilar Tarj. A
41' Ander Tarj. A
43' Ponzio Tarj. A
77' Edmilson Tarj. A




OTROS DATOS DE INTERÉS














1ª División Estadio: Estadio de los Juegos Mediterráneos
24/03/2010 20:00
Arbitro: Iturralde González Cuarto Arbitro: Barberá Fuentes
Jueces de Línea:Núñez Fernández , Díaz Pérez





 


Preocupante recaída


Gay llevó a cabo una tremenda revolución en el once inicial que derivó en una derrota muy dolorosa.Kalu Uche hizo el único gol, tras el que el Zaragoza no tuvo reacción alguna. Gabi remató al larguero con 0-0 en el marcador y Corona falló un penalti.


No está de más que suenen las sirenas de alarma con toda su potencia. Que se oigan bien. El zaragocismo está legitimado desde anoche a sentir sus miedos y sus dudas sobre su gaseoso equipo. Una vez más. Como ya es habitual en los últimos tres años, esos en los que el agapitismo vigente nos tiene abonados al desasosiego permanente sobre el futuro deportivo -y extradeportivo- de esta entrañable entidad que acaba de cumplir los 78 años de edad.

La derrota de anoche en Almería, ante un rival de los iguales, da pie a cualquier tipo de conjeturas, una vez parece haber pasado el efecto efervescente del inicio de la segunda vuelta. Ese tramo ilusionante donde, los múltiples refuerzos invernales y la acumulación de una serie de puntos que hizo salir al Zaragoza de los tres puestos de descenso, hicieron pensar a los más crédulos, forofos o interesados que la faena de la salvación era coser y cantar de aquí a mayo.
Desde ayer, la desconfianza ya vuelve a tener forma de sombra con guadaña para todos. No solo por el revolcón que supuso caer ante un flojo Almería, sino por la forma de hacerlo. El regusto que dejó el Real Zaragoza sobre la hierba se asemeja al que plasmaba en los paladares zaragocista cada sorbo de la primera vuelta. Agrio, con aromas amargos.

Provocando vértigos y advirtiendo riesgos de colapso general. Después de la esperanzadora mejoría del enfermo, vivida entre enero y febrero, la llegada de marzo está suponiendo una recaída que da que pensar. Sabido es que estos síntomas de regresión en la salud de un achacoso son indicios harto preocupantes de cara a su curación. Un organismo tan dañado como es el actual Real Zaragoza, cogido con pinzas y con las carencias propias de quien viene de una paupérrima planificación veraniega restaurada a base de retales en el mercado invernal, arrastra consigo la incertidumbre de si será capaz de reponerse a un segundo infarto de resultados. Ahí, en esa estación, se quedó anclado el equipo blanquillo tras el 1-0 adverso cosechado en el rincón del sureste peninsular, junto al Cabo de Gata, y que es la segunda derrota seguida en solo tres días.

Gay, por propia voluntad, quedó señalado además como el principal responsable del paso atrás dado por el equipo en un duelo tan transcendente como era este. El técnico madrileño optó ayer por revolucionar un once inicial que, en los últimos tiempos, ya tenía un rostro reconocible. Con más o menos solvencia, dependiendo de los rivales y de su puntual inspiración, pero reconocible. Lo de ayer, fue una operación de cirugía estética que sonó más a capricho que a pura necesidad.

Hasta cinco caras nuevas puso en liza cuando, en verdad, solo estaba obligado a cambiar una: por sanción, el central Contini. En Almería, repentinamente, aparecieron Pulido, Pablo Amo, Abel Aguilar, Jorge López y Colunga. Y del 4-2-3-1 de los mejores días y marcadores, retornó al 4-4-2 de antaño. Ese que llevó a la hoguera al 'demonio' de Marcelino, en algunos foros el causante de todas las plagas de la humanidad.

Con ese libreto, el Zaragoza escenificó un encuentro donde abundó la materia desechable. Feo, antiestético, aburrido, deslabazado, amorfo, inconstante... Todos estos ingredientes, y cien más con ese contenido peyorativo, contuvo anoche el partido.

Quizá fuera el miedo de ambos a perder -otra vez se repitió la historia, como hace diez días en Santander- el que derivó en una actitud conservadora de todo el mundo. El Almería, porque Lillo (el ex zaragocista, también demonizado hace una década junto al Ebro) sabía que ganando tenían la salvación de la categoría prácticamente asegurada. Y el Zaragoza, porque vive en un sinvivir cada vez que el vestuario mira el calendario que se les viene encima.

Fuera lo que fuera, lo cierto es que el primer tiempo resultó insoportable. Aunque las marcas no eran precisamente de las llamadas férreas, los centrocampistas y delanteros de ambos equipos amagaban pero no daban una y otra vez. El balón iba de lado al lado, de frontal del área a frontal del área con cierta fluidez, pero ahí moría como el yeso, sin remedio. Nadie encontró nunca el último pase. Nadie fue capaz de irse jamás en un uno contra uno. Táctica, mucha táctica. Almerienses y zaragocistas parecieron jugar con una mano atada a la espalda.

Un dato resumió los primeros 45 minutos. La primera y única ocasión clara de gol, con disparo franco de un rematador, llegó pasado ya el tiempo reglamentado. La tuvo el ariete local, Kalu Uche -hermano mayor de Ikechukwu, el zaragocista-, pero chutó alto cuando se había quedado solo ante Roberto. Antes de eso, hubo tres cuartos de hora de morralla. De peloteo insulso. Nada de nada.

Tras el descanso, era el momento de despejar la incógnita. ¿Quién de los dos medrosos rivales sería capaz de resolver mejor la ecuación dentro de la bajísima calidad del juego? Fue el Almería. Pudo haberlo hecho el Zaragoza, pero Gabi, nada más reanudarse el juego, disparó al larguero una ocasión infallable, solo ante el portero local. Fue la oportunidad que el destino puso a mano del errático equipo de Gay en la noche andaluza. Pero Gabi la marró y el azar cambió de bando.
Ocho minutos después, en el 60, Kalu Uche halló la aguja en el pajar para un Almería que empezaba a ser recriminado por sus seguidores. Recibió un balón en el borde del área, hizo un ovillo de Pablo Amo y Pulido -los puso en evidencia- y batió a Roberto. La balanza estaba decantada y era hora de reaccionar por parte aragonesa. Y ahí vino lo peor dentro de lo peor. No se apreciaron mecanismos ni ansias por volver a la vida. El Zaragoza no remató a puerta en la última media hora. No llegó jamás al área con convencimiento. Incluso otro ex, Corona, falló un penalti que Iturralde regaló al Almería. La decepción fue de las que dejan huella.


Ficha técnica:



1 - UD Almería:
Diego Alves; Michel (Juanma Ortiz, m. 74), Pellerano, Acasiete, Domingo Cisma; Fabián Vargas, Bernardello (Crusat, m. 62), Fernando Soriano; Corona, Piatti (Goitom, m. 90) y Kalu Uche.

0 - Real Zaragoza: Roberto; Pulido, Pablo Amo, Jarosik, Ponzio (5); Gabi, Abel Aguilar (Edmilson, m. 74), Ander Herrera (Eliseu, m. 63), Jorge López, Suazo (Arizmendi, m. 68) y Colunga.

Goles
: 1-0, m.61: Kalu Uche.

Árbitro:
Iturralde González, del colegio vasco. Amonestó a los locales Piatti, Bernardello y a los visitantes Abel Aguilar, Ander Herrera, Ponzio y Edmilson.

Incidencias:
Partido correspondiente a la vigesimoctava jornada del Campeonato de Liga BBVA, celebrado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, ante 15.772 espectadores.

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