Blogia
ma+s

17º Libro 2009 (27 de Septiembre)

17º Libro 2009 (27 de Septiembre)

  Juliano el Apóstata

Autor(es)

GORE, VIDAL

Editorial

EL PAIS

ISBN

84-9815-208-9

 

La vida del emperador Juliano refleja la lucha entre paganismo y cristianismo en el siglo IV, donde el mundo helénico decae mientras el Imperio Romano asciende. Sobrino de Constantino el Grande y educado como cristiano, se inició en el rito de Mirta -principal rival de la cultura de la cruz-, convirtiéndose en el emperador apóstata que proclamó la libertad de culto y luchó contra toda intolerancia religiosa. Había sobrevivido de niño a la matanza de todos sus parientes y murió antes de cambiar el rumbo de la historia.

 

Resulta inevitable comparar “Juliano” de Gore Vidal con “Yo, Claudio” de Robert Graves y es que el autor mismo hace referencia al clásico de Graves en su introducción tratando de anticiparse a las posibles críticas que pudiera recibir en cuanto a las fuentes de información de su novela.

Con eso en mente comencé la lectura de esta novela acerca del emperador romano derrotado por las fuerzas de la cristiandad para reestablecer el antiguo culto de los dioses grecorromanos. Se trata, y aquí una de las muchas similitudes aparentes con Graves, de una novela narrada desde la óptica del mismo Juliano que transcurre en un estricto orden cronológico desde su infancia hasta sus días como Augusto y eventualmente su deceso. De la forma en que está estructurada la obra al principio parecería que se trata de un clon más de las obras de Graves. Por si eso no fuera poco, la vida de Juliano fue muy similar a la de Claudio: príncipes perseguidos por las ambiciones familiares, en ambos un carácter más reflexivo que activo (al menos durante la infancia), dos personajes que eventualmente llegarían al trono gracias a las circunstancias y el amor de ambos por la lectura y el pensamiento helénico (si bien Claudio tenía mayor afición por la historia mientras que Juliano por la filosofía).

Hasta aquí todo esto suena un poco aburrido y seguramente repetitivo. Pero muy a pesar de mis comparaciones con otros clásicos y mi resistencia a enamorarme del libro, en él existe una cierta magia que al momento de concluirlo no queda más que admirarlo y entrañarlo profundamente. No sé si es la vida de Juliano por sí misma, el estilo de Gore Vidal o la atracción que genera esta época convulsionada de la roma imperial pero ciertamente fue una lectura, además de enriquecedora desde el punto de vista histórico, cautivante.

Precisamente la ferrea necedad de Gore Vidal de ampliar las fuentes históricas para su relato lo hacen mucho más completo que otras obras. Y esto se ve claramente en el mismo relato de la vida de Juliano al incluir a dos personajes adicionales como narradores de la misma: Libanio y Prisco, filósofos de la época con quienes Juliano tuvo una amplia amistad. El mismo Libanio dejó a la posteridad varios escritos sobre el emperador. El hecho de incluir las observaciones de estos dos personajes como parte de la trama la hacen no solo más rica sino también más dinámica con toques de humor inteligente como cuando Prisco comenta: “Nuestro Juliano –como todos nosotros- tiene algo de Tiberio en su carácter”, a lo que Libanio contesta: “La lasciva de Prisco es una inesperada consecuencia de su senectud. No tengo conciencia de que en mí exista algo de Tiberio, sino más bien todo lo contrario”.

Asímismo muchos de los hechos narrados por Juliano son refutados tanto por Libanio como por Prisco dejándonos una sensación de amplitud y veracidad en la trama. Incluso Gore Vidal presenta una bibliografía al final del libro en la que encontramos fuentes diversas como San Gregorio, Teodoreto y Edgard Gibbon.

¿Qué decir de la narración de la campaña persa de Juliano? ¿Y de la descripción de los misterios de Eleusis y Mitra? ¿O los sacrificios a los dioses antiguos y la resistencia de Juliano al establecimiento del cristianismo? Simplemente magistrales e inolvidables. Por no estropear la trama solo diré: uno de los mejores finales que he tenido la fortuna de leer.

Con esta clase de epílogos uno se pregunta si es normal (a riesgo de autonombrarse loco como el mismo Juliano) levantarse del lugar de lectura y aplaudir a un fardo de hojas:

“Ha terminado la edad de oro…Mientras tanto, los bárbaros están a las puertas de la civilización: Pero cuando rompan el muro no encontrarán nada valioso que tomar, solo reliquias vacías. Ha desaparecido el espíritu de lo que éramos. Así sea…La luz se fue con Juliano. Ahora no queda otra cosa que dejar que lleguen las tinieblas y esperar un nuevo sol y otro día, nacido del misterio del tiempo y del humano amor a la luz”.

Gore Vidal

Eugene Luther Gore Vidal (n. 3 de octubre de 1925), más conocido como Gore Vidal, es un escritor estadounidense.

 

Biografía

Eugene nació en West Point, Nueva York, hijo de Eugene Vidal y Nina Gore, considerados miembros de la llamada aristocracia norteamericana, y vinculados al Partido Demócrata. Nació en la famosa academia militar de los Estados Unidos donde su padre era instructor aeronáutico. Posteriormente, Vidal adoptaría como nombre propio el apellido de su abuelo materno, Thomas P. Gore, quien fuera senador demócrata por Oklahoma.

De niño lo llevaron a Washington D.C., donde estudió en el colegio St. Albans. Su abuelo Gore estaba por entonces ciego, y el joven Vidal le leía en voz alta, además de ejercer frecuentemente como su guía, lo que le dio acceso a los corredores del poder (algo poco usual para un muchacho). El no-intervencionismo del senador Gore ha sido desde entonces una de las bases fundamentales de la filosofía política de Vidal, quien siempre ha sido crítico con lo que él percibe como «imperialismo americano».

Tras su graduación en la Phillips Exeter Academy, Gore se alistó en la reserva del ejército norteamericano en 1943.

Durante gran parte de los últimos años del siglo XX, Vidal ha dividido su tiempo entre Ravello, Italia, en la Costa Amalfi, y Los Ángeles, California. En 2003 vendió su casa de Ravello, y ahora pasa la mayor parte de su tiempo en Los Ángeles. En noviembre de 2003 murió su pareja de toda la vida, Howard Austen. Fueron de hecho su homosexualidad, así como sus ideas políticas progresistas, las causas principales de la animadversión que generó en las distintas administraciones norteamericanas, siendo objetivo marcado de la época de la "caza de brujas".

Gore Vidal es socio honorario de la National Secular Society.

Actividad profesional

A los 21 años publicó su primera novela, Williwaw, basada en sus experiencias como militar en el destacamento de la bahía de Alaska. Fue un libro bien recibido por la crítica. Unos años más tarde, su novela La ciudad y el pilar de sal (The city and the pillar), en la que hace una cándida aproximación a la temática gay, causó tal controversia que el diario New York Times se negó a publicar reseñas de sus siguientes libros. El libro estaba dedidado a J.T., quien, según algunos rumores publicados en una revista, Vidal se vio forzado a admitir que se trataba de su amante en St. albans Jimmie Trimble, a quien se refiere claramente en el libro. Trimble había muerto en la batalla de Iwo Jima el 1 de junio de 1945, y Vidal aseguraría que fue la única persona a la que había amado. Al mismo tiempo que aumentaban las ventas por sus novelas, Vidal trabajaba en obras de teatro, películas y series de televisión como guionista. Dos de estas obras, The Best Man y Visit to a Small Planet fueron grandes éxitos en Broadway y fueron luego adaptadas en películas que también tuvieron mucho éxito.

En 1949 Vidal escribió su novela "En busca del rey" (A Search for the King), en la cual tomó la leyenda del trovador Blondel de Nesle convirtiéndolo en amigo de Ricardo Corazón de León. Es una novela picaresca y de aventuras, y tal como habitualmente sucede en ellas (ver por ejemplo "Los tres mosqueteros" de Alejandro Dumas padre) la amistad es el tema central. A principios de la década de los cincuenta, y usando el seudónimo de «Edgar Box», escribió tres novelas de misterio cuyo protagonista era el detective ficticio, Peter Sergeant.

 

La productora MGM contrató a Vidal como escritor en 1956. En 1959, el director de cine William Wyler le requirió para trabajar sobre le guión de la película Ben-Hur, escrito por Karl Tunberg. Vidal aceptó trabajar con Christopher Fry para adaptar el guión a condición de que la MGM le liberara de sus dos últimos años de contrato. A pesar de ello, la muerte del productor Sam Zimbalist provocó complicaciones a la hora de establecer los títulos de crédito. El gremio de guionistas resolvió el problema con el nombramiento de Tunberg como único guionista de la película, negando el mérito tanto a Vidal como a Fry. Charlton Heston se mostró muy descontento con la presunta homosexualidad de una escena (homosexualidad cuidadosa y deliberadamente velada) que Vidal reclamaba haber escrito, y negó que éste tuviera un papel significativo en la creación del guión.

En la década de los sesenta, Vidal escribió tres novelas de mucho éxito. En 1964 publicó la meticulosamente documentada novela Juliano, que relata en epístolas la vida del emperador Apóstata, y de la que ha sido alabado por numerosos psicólogos su cuidadoso retrato del perfil psicopático a través de la inquietante figura del hermoso príncipe imperial Constancio Galo; en 1967 escribe Washington D.C., centrada en la política durante la era de Franklin Delano Roosevelt; por último, publica en 1968 una inesperada comedia satírica sobre la transexualidad llamada Myra Breckinridge.

Tras dos obras de poco éxito: Weekend (1968) y An Evening with Richard Nixon (1972), y la extraña novela semi-autobiográfica Dos Hermanas, Vidal se centraría principalmente en sus obras de ensayo y en dos tendencias diferentes en sus novelas: la novela histórica relativa a la historia americana como Burr (1973), 1876 (1976), Lincoln (1984), Imperio (1987), Hollywood (1989), La Edad de Oro (2000), y una nueva incursión en el mundo antiguo: Creación (escrita en 1981 y publicada en versión extendida en 2002). También creó algunas divertidas y con frecuencia despiadadas invenciones satíricas como Myron (1975, una secuela de Myra Breckinridge), Kalki (1978), Duluth (1983), En directo del Gólgota (1992) y La institución smithsoniana (1998).

Vidal volvió a escribir de forma ocasional para el cine y la televisión, incluyendo un telefilme sobre Billy el Niño con Val Kilmer, y una mini-serie sobre Lincoln. También escribió el guión original para la controvertida película Calígula, pero posteriormente su nombre fue suprimido por el director, y el actor principal reescribió el guión cambiando el tono y la temática del mismo. Irónicamente, en un intento fallido por restaurar la visión original de Vidal durante la posproducción, la película terminó convirtiéndose en algo que ni Vidal ni Brass o McDowell habían imaginado.

Es posible que, contrariamente a sus propios deseos, Vidal sea más respetado como ensayista que como novelista. Sus escritos versan principalmente sobre política, historia y temas literarios. Ganó el «National Book Award» en 1993 por Estados Unidos (1952-1992), de la cual se publicó luego una secuela extendiendo la historia hasta 2000 llamada El último imperio. Desde entonces, Vidal ha publicado varios panfletos altamente críticos con la administración Bush-Cheney, así como el texto sobre los «padres fundadores» de América Inventando una nación. Ha publicado también unas memorias con buena acogida por el público: Memoria (Palimpset) (1995), y según algunas informaciones trabaja en una continuación de las mismas.

En los años sesenta, Vidal se trasladó a Italia, actuando en un cameo en la película de Federico Fellini Roma. Sus posturas políticas liberales están bien documentadas, y en 1987 escribió una serie de ensayos titulados Armageddon, donde exploraba los vericuetos del poder en la América contemporánea, y donde critica de forma despiadada al ex presidente Ronald Reagan, al cual describe como «El triunfo del arte de embalsamar».

En agosto de 2004, el diario The New York Times informaba que Vidal, de 79 años, vendía la villa italiana que había sido su residencia durante 30 años por motivos de salud, y que se mudaba de forma permanente a su casa de Los Ángeles.

En una entrevista en noviembre de 2007 para el periódico mexicano La Jornada, dijo que actualmente está escribiendo un libro sobre la guerra de Estados Unidos contra México de 1848. Comenta que el general Ulises S. Grant declaró más tarde que consideraba que la Guerra de Secesión fue el castigo de Dios contra este país por la injusticia y la barbarie cometidas contra México en 1848. [1]

Actividad política

Además de su abuelo, Vidal tiene otras conexiones con el Partido Demócrata; su madre, Nina, se casó con Hugh D. Auchincloss Jr., quien luego se convertiría en padrastro de Jacqueline Bouvier Kennedy. Vidal es también primo de Jimmy Carter. Se comenta el parentesco entre el escritor y el exvicepresidente Al Gore.

Vidal se considera un reformista radical cuya intención es la vuelta al republicanismo puro de inicios de los Estados Unidos. Como estudiante apoyó al movimiento America First (que se oponía a la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial) aunque, al contrario que otros seguidores de este movimiento, Vidal continuó afirmando tras la guerra que los Estados Unidos no deberían haberse involucrado en este conflicto (actualmente opina, sin embargo, que la ayuda material a los aliados fue una buena idea). También ha sugerido que el presidente Roosevelt incitó a los japoneses a atacar a los Estados Unidos para tener un «casus beli» que le permitiera entrar en la guerra. Así mismo cree que este presidente disponía de información previa sobre este ataque.

En su actividad política, fue candidato demócrata al Congreso de los Estados Unidos en 1960 por Nueva York (presentándose en aquella ocasión bajo el eslogan «You’ll get more with Gore», «Conseguirás más con Gore»). En estas elecciones perdió el escaño por escaso margen en el distrito de Hudson River, tradicionalmente republicano. A pesar de no resultar elegido, alcanzó en su distrito el mayor porcentaje de voto para el partido demócrata en 50 años. De 1970 a 1972 fue uno de los presidentes del Partido Popular de los Estados unidos, y participó en 1982 en las elecciones primarias para el Senado del Partido Demócrata por California, consiguiendo el segundo puesto de una lista de nueve y obteniendo medio millón de votos. En aquella ocasión se presentaba respaldado por celebridades como Paul Newman y Joanne Woodward.

Vidal se vio envuelto en la controversia por su relación con Timothy McVeigh. Ambos se intercambiaron correspondencia mientras McVeigh estaba en prisión, y Vidal creía que McVeigh había tenido cómplices que le habrían involucrado en el atentado terrorista de Oklahoma. También sugirió que el ataque podría haber sido llevado a cabo por el mismo FBI para conseguir leyes antiterroristas más duras. En otra entrevista, Vidal dijo que Timothy McVeigh provocó este atentado como respuesta contra los Estados Unidos, alegando que la FBI espiaba y asesinaba a norteamericanos.

Puntos de vista sobre el 11-S

Vidal es tremendamente crítico con la administración Bush, del mismo modo que antes lo fuera con anteriores gobiernos cuya política exterior fuera considerada por él como expansionista. Frecuentemente ha expresado un punto de vista en diferentes entrevistas, ensayos y libros según el cual los americanos «estamos ahora gobernados por una junta de hombres del Pentágono y petroleros como ambos presidentes Bush, Cheney, Rumsfeld, etc». Asegura que durante muchos años, este grupo y sus asociados han tratado de hacerse con el control del petróleo en Asia central (tras, siempre según su punto de vista, haber conseguido tomar el control efectivo del petróleo del Golfo Pérsico en 1991). En concreto, y acerca de los atentados terroristas del 11-S, Vidal escribe que estos ataques (de los cuales asegura que las autoridades norteamericanas tenían noticias previas de su inminencia), justifican políticamente los planes que ya tenía el gobierno estadounidense en agosto de 2001 para invadir Afganistán en octubre de aquel mismo año.

Vidal discute sobre la falta de defensas, incluyendo el retraso por parte de la fuerza aérea en enviar los cazas para interceptar a los aviones secuestrados, comparando este retraso con el tiempo que cabría esperar tras haberse informado de un secuestro. «Si estos fallos se hubieran debido a la incompetencia», dice, «se deberían haber juzgado en los tribunales militares para destituir a los responsables máximos». En lugar de esto, sólo se efectuaron un número limitado de investigaciones sobre cómo los fallos potenciales de las agencias federales podrían haber permitido que estos ataques sucediesen. Esto, concluye Vidal, abre la posibilidad de que, de hecho, el gobierno hubiese permitido que ocurrieran los ataques, con el fin de capitalizar o catalizar los acontecimientos y encubrir lo que hubieran sido unos muy discutibles fines políticos y agruparlos bajo el nombre de Guerra contra el Terror.

 

0 comentarios